un día,
dos,
de a poco,
por etapas,
en silencio.
Sin pronunciarte estallar en tu boca.
Ésta es mi elección,
día tras día,
insoportable,
dolorosa
y a la vez no es nada.
No sos nada,
no soy nada,
somos agua luchando en la corriente.
Somos risas y somos llanto,
Somos desencuentros
y siempre estamos como atacados,
como enlazados de raíz,
somos lo cotidiano
y quizás algún día pueda llamarte por tu nombre.
Pero hoy es mejor así,
respirar la densidad que nos besa el cuerpo,
y que cala hondo sin avisar.
C.M.
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