miércoles, 1 de agosto de 2012

Ya no


En este hambre
de amarnos
sin masticar.

Tragando horas
sin destino.

Quizás porque
no sólo hemos bebido flores,
sino porque
estarías cuando todo estalle,
en el eterno invierno
y torturaran nuestras espaldas.

Ya no más miradas al fondo,
grietas en la piel,
cal
y otra mejilla.

C.M.

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